En la superficie del Valle de Aburrá, brota con fuerza Medellín, la ciudad más innovadora del mundo en 2013. Un aluvión orgánico ha venido configurando una cultura innovadora, orientada a potenciar el emprendimiento de sus ciudadanos, quienes son más arriesgados, experimentan, iteran con el mercado, mejoran sus productos y modelos de negocio de forma emergente, persisten, y asimismo aumenta la tasa de éxito de las startups que finalmente logran una dimensión crítica en todo proceso de innovación: la captura de valor.
3 marzo, 2019